La conferencia Episcopal de Estados Unidos ha publicado la actualización de un documento que ya publicó en el año 2015 titulado "Crea en mí un Corazón Limpio" sobre la pornografía y los peligros que supone para toda la sociedad. Esta actualización se ha publicado con el nombre de Crea en mí un Corazón Puro debido a la preocupación que este tema genera y porque además la situación ha empeorado en estos últimos años.
El texto analiza los efectos nocivos de la pornografía sobre todo para quienes la consumen, y refleja su preocupación por la adicción en la que se encuentran cientos de personas en la sociedad actual. Lejos de ser un entretenimiento, es una "estructura de pecado", que ha distorsionado por completo la visión contemporánea de la sexualidad humana y debilita vínculos afectivos, la comunión familiar y fomenta la exclusión social y el aislamiento.
El documento señala que en 2015, solo el 34 % de los estadounidenses consideraba la pornografía moralmente aceptable; en 2022, ese número subió al 41 %. Este estudio también alerta del impacto del consumo de pornografía en menores, cuya edad media de primer contacto se sitúa hacia los 12 años, con consecuencias nefastas para un desarrollo psicológico y afectivo saludables.
La edición revisada del documento analiza los desafíos que plantea la tecnología, como el uso de inteligencia artificial para generar imágenes falsas, utilizando rostros de personas reales sin su consentimiento y el papel de las grandes plataformas digitales, que hacen uso de algoritmos y presión social, e inducen a menores y jóvenes a producir y consumir contenidos sexuales, aunque no los busquen.
El texto señala que toda persona humana está llamada al amor verdadero y a la comunión con Dios y con los demás y la pornografía es contraria a esa vocación al reducir al otro a un objeto de placer. Frente a esta cultura del uso, la Iglesia proclama una visión de la sexualidad humana basada en la dignidad del cuerpo, el don de sí, y la virtud de la castidad como camino de libertad y plenitud.
El documento ofrece unas recomendaciones dirigidas a padres, educadores, pastores, líderes laicos y responsables políticos. A las familias se les exhorta a educar en la castidad, establecer normas de uso para los dispositivos digitales, fomentar actividades no tecnológicas y crear espacios de diálogo abierto sobre la sexualidad y los riesgos de Internet. A los sacerdotes y religiosos se les pide predicar sobre el daño que causa la pornografía, crear espacios de acompañamiento pastoral y promover el acceso a recursos de sanación espiritual. A los legisladores, los obispos les reclaman medidas concretas como leyes de verificación de edad, regulación del uso de inteligencia artificial, y políticas que protejan el papel de los padres en el entorno digital.
El documento Crea en mí un Corazón Puro termina con un mensaje de esperanza: se puede salir de la pornografía y la misericordia de Dios está al alcance de todos. A través del acompañamiento pastoral, la gracia de los sacramentos y el compromiso comunitario, los hombres y mujeres atrapados por la pornografía pueden recuperar su libertad interior y redescubrir el verdadero significado del amor humano.
De momento, el texto no ha sido traducido a español. Incluimos la versión de 2015 que cuenta con dicha traducción.