martes, 10 de junio de 2025

"CREA EN MI UN CORAZÓN PURO"

 


La conferencia Episcopal de Estados Unidos ha publicado la actualización de un documento que ya publicó en el año 2015 titulado "Crea en mí un Corazón Limpio" sobre la pornografía y los peligros que supone para toda la sociedad. Esta actualización se ha publicado con el nombre de Crea en mí un Corazón Puro debido a la preocupación que este tema genera y porque además la situación ha empeorado en estos últimos años.

El texto analiza los efectos nocivos de la pornografía sobre todo para quienes la consumen, y refleja su preocupación por la adicción en la que se encuentran cientos de personas en la sociedad actual. Lejos de ser un entretenimiento, es una "estructura de pecado", que ha distorsionado por completo la visión contemporánea de la sexualidad humana y debilita vínculos afectivos, la comunión familiar y fomenta la exclusión social y el aislamiento.

El documento señala que en 2015, solo el 34 % de los estadounidenses consideraba la pornografía  moralmente aceptable; en 2022, ese número subió al 41 %. Este estudio también alerta del impacto del consumo de pornografía en menores, cuya edad media de primer contacto se sitúa hacia los 12 años, con consecuencias nefastas para un desarrollo psicológico y afectivo saludables.


La edición revisada del documento analiza los desafíos que plantea la tecnología, como el uso de inteligencia artificial para generar imágenes falsas, utilizando rostros de personas reales sin su consentimiento y el papel de las grandes plataformas digitales, que hacen uso de algoritmos y presión social, e inducen a menores y jóvenes a producir y consumir contenidos sexuales, aunque no los busquen.

El texto señala que toda persona humana está llamada al amor verdadero y a la comunión con Dios y con los demás y la pornografía es contraria a esa vocación al reducir al otro a un objeto de placer. Frente a esta cultura del uso, la Iglesia proclama una visión de la sexualidad humana basada en la dignidad del cuerpo, el don de sí, y la virtud de la castidad como camino de libertad y plenitud. 

El documento ofrece unas recomendaciones dirigidas a padres, educadores, pastores, líderes laicos y responsables políticos. A las familias se les exhorta a educar en la castidad, establecer normas de uso para los dispositivos digitales, fomentar actividades no tecnológicas y crear espacios de diálogo abierto sobre la sexualidad y los riesgos de Internet. A los sacerdotes y religiosos se les pide predicar sobre el daño que causa la pornografía, crear espacios de acompañamiento pastoral y promover el acceso a recursos de sanación espiritual. A los legisladores, los obispos les reclaman medidas concretas como leyes de verificación de edad, regulación del uso de inteligencia artificial, y políticas que protejan el papel de los padres en el entorno digital.

El documento Crea en mí un Corazón Puro termina con un mensaje de esperanza: se puede salir de la pornografía y la misericordia de Dios está al alcance de todos. A través del acompañamiento pastoral, la gracia de los sacramentos y el compromiso comunitario, los hombres y mujeres atrapados por la pornografía pueden recuperar su libertad interior y redescubrir el verdadero significado del amor humano. 

De momento, el texto no ha sido traducido a español. Incluimos la versión de 2015 que cuenta con dicha traducción.


miércoles, 14 de mayo de 2025

NUEVAS ACTUALIZACIONES

 


Ha quedado actualizada nuestra sección de formación, en concreto la formación permanente y la inicial, con temarios actualizados y formación añadida para los años que siguen a la iniciación en la OFS. Esperamos que sirvan de ayuda.

lunes, 10 de febrero de 2025

CONFERENCIA SOBRE LA TERCERA ORDEN FRANCISCANA

Es te es el vídeo de la conferencia que ofreció Javi Rojo OFM sobre la "Presencia e Influjo de la Tercera Orden Franciscana en España"


martes, 22 de septiembre de 2020

"BUEN SAMARITANO" NUEVO DOCUMENTO DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE SOBRE EL CUIDADO DE PERSONAS EN FASE TERMINAL




El documento Samaritanus bonus, publicado este martes por la Congregación para la Doctrina de la Fe no aporta ninguna novedad a la doctrina de la Iglesia católica, pero es una respuesta a las legislaciones nacionales sobre el suicidio asistido y la eutanasia voluntaria. 

Cuando en España se está tramitando una ley que despenaliza la ayuda a quien quiere suicidarse y en otros países se han dado o se están dando pasos en este sentido, la Iglesia afirma que "la eutanasia es un acto homicida que ningún fin puede legitimar y que no tolera ninguna forma de complicidad o colaboración, activa o pasiva. Aquellos que aprueban leyes sobre la eutanasia y el suicidio asistido se hacen, por lo tanto, cómplices del grave pecado que otros llevarán a cabo. Ellos son también culpables de escándalo porque tales leyes contribuyen a deformar la conciencia, también la de los fieles". El único derecho es el de tutelar la vida y la coexistencia entre los hombres. 

Los sacerdotes pueden y deben ofrecer ayuda, escucha y cercanía «que invite siempre a la conversión». Pero, salvo que el enfermo modifique su decisión, no estará en condiciones de recibir los sacramentos. 

El Vaticano denuncia que muchas personas que han muerto por eutanasia padecían problemas psicológicos o depresión. La petición de la muerte en muchos casos es un síntoma mismo de la enfermedad, agravado por el aislamiento y por el desánimo.

El Dios que salva al hombre es el mismo que ha vivido la experiencia del sufrimiento, el abandono, la incomprensión y la muerte. Ante la pregunta de un periodista sobre cómo transmitir esta esperanza a quien no tiene una visión de fe y pide la eutanasia porque sufre, el cardenal Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, respondió que en cada hombre hay un fondo de esperanza y si quien no ve otra salida que el suicidio asistido ve que alguien está a su lado y no lo abandona, puede ser un elemento para hacerle reflexionar.

Podéis leer el texto completo del documento aquí.

lunes, 31 de agosto de 2020

LA ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA (primera parte)

 

La pornografía se caracteriza en nuestros días por ser fácilmente accesible, de manera anónima, asequible y además aceptada en algunos sectores de la sociedad, en aras de una supuesta libertad ("yo puedo hacer lo quiera", "no hago daño a nadie" etc...).

Lo cierto es que la pornografía on line produce modificaciones en la vida de la persona. Algunos datos interesantes nos dicen que el 34% de usuarios de internet han sido expuestos sin haberlo solicitado y aumenta la infidelidad matrimonial en un 300%. Se asocia con más agresión verbal y física en ambos sexos y se observan distintos niveles de consumo: eventual, periódico y adictivo. Todos son perjudiciales, sobre todo los dos últimos, considerados de alto riesgo para nuestra salud.

El efecto que crea el porno en el cerebro es igual al del consumo de drogas, produciendo dependencia y tolerancia y puede cambiar el comportamiento ya que se llega a no ser capaz de reaccionar con un estimulo natural, por ejemplo, una caricia o un abrazo, de tal manera que se prefiere ver pornografía a relacionarse con una persona real.

Al igual que con otras sustancias tóxicas, para obtener un mismo efecto se va haciendo necesaria más cantidad. En el caso de la pornografía se necesitan cada vez formas más exageradas ya que su versión "normal" o " clásica" llega a no causar excitación. Es aquí donde tienen su origen algunos casos de desviaciones sexuales como el consumo de pornografía infantil.

Pero no solo afecta al cuerpo. Es una mentira, una sexualidad irreal que destroza el amor, deteriora la vida sexual puesto que se busca lo imposible (lo que se ve en una pantalla y que no se corresponde con la sexualidad humana real), daña a la pareja y conduce al aislamiento. Además, detrás de las imágenes, hay seres humanos que sufren, por ejemplo, con la trata de personas y la pornografía infantil; conduce a la violencia porque la erotiza, distorsiona la sexualidad, se aceptan ideas distorsionadas de la realidad y la sexualidad en el ser humano queda dañada.

Continuará...

miércoles, 25 de marzo de 2020

ORACIÓN A MARÍA


«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».

En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.

Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.

Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.

Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.


Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.

Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.

Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.

Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad. 

Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.