jueves, 31 de enero de 2019

LA ORACIÓN: LUGAR DE ENCUENTRO CON DIOS


El pasado fin de semana tuvo lugar en Madrid el encuentro de formación nacional de la OFS sobre la oración. Estos son los audios de las ponencias que allí se ofrecieron.




martes, 29 de enero de 2019

"LOS MATRIMONIOS UNIDOS Y FIELES REFLEJAN LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS"


El Papa Francisco ha afirmado recientemente que los matrimonios “que viven en unidad y en fidelidad reflejan bien la imagen y la semejanza de Dios”. Aseguró que “la fidelidad es posible, porque es un don”.

El Papa reflexionó sobre los efectos que sobre la institución del matrimonio está teniendo el fenómeno del secularismo: “La sociedad en la que vivimos está cada vez más secularizada, y eso no favorece el crecimiento de la fe”. Como consecuencia, “los fieles católicos tienen cada vez más problemas para testimoniar un estilo de vida según el Evangelio, incluso en lo que afecta al Sacramento del matrimonio”. “Es necesario que la Iglesia, en todas sus articulaciones, actúe para ofrecer un adecuado apoyo espiritual y pastoral”.

Dentro de esa actuación de la Iglesia, el Papa citó dos fuerzas: “unidad y fidelidad”. “Estos dos bienes matrimoniales, de hecho, antes de ser, sobre todo, condiciones jurídicas obligatorias de toda unión conyugal en Cristo, deben ser epifanía de la fe bautismal”, y por ello son esencia “de la misma Iglesia de Cristo”.

Por ello, el Papa insistió en que para que el matrimonio sea válido “se requiere que se establezca en cada uno de los contrayentes una plena unidad y armonía con el otro, con el fin de que, por medio del mutuo intercambio de las respectivas riquezas humanas, morales y espirituales, casi a modo de vasos comunicantes, los dos cónyuges se conviertan en una sola cosa”. “El matrimonio requiere también un compromiso de fidelidad que abarque toda la vida”. No obstante explicó que “unidad y fidelidad son dos valores importantes y necesarios no sólo entre los cónyuges, sino en general en las relaciones interpersonales y en las sociales”. Además, definió estos dos valores como “dos bienes irrenunciables y constitutivos del matrimonio” que “requieren no solo ser explicados adecuadamente a los futuros esposos, sino que solicitan también la acción pastoral de la Iglesia, especialmente la de los obispos y sacerdotes, para acompañar a la familia en las diversas etapas de su formación y desarrollo”.

Esta preparación para el matrimonio debe abarcar “las diferentes etapas de la vida matrimonial de una manera seria y estructural, a través de una formación destinada a aumentar en los cónyuges la conciencia de los valores y de los compromisos propios de su vocación”. También recomendó que “la atención pastoral constante y permanente de la Iglesia por el bien del matrimonio y de la familia requiere ser realizada a través de los diversos medios pastorales: el acercamiento a la Palabra de Dios, especialmente a través de la lectio divina, los encuentros catequéticos, la implicación en la celebración de los sacramentos, especialmente la eucaristía, el coloquio y la dirección espiritual, la participación en los grupos familiares y en el servicio caritativo, para desarrollar la confrontación con otras familias y la apertura a las necesidades de los más desfavorecidos”.

También recordó que los matrimonios adquieren el compromiso de vivir su enlace “en unidad generosa y con amor fiel, sosteniéndose mutuamente con la gracia del Señor y con el apoyo necesario de la comunidad eclesial”. De ese modo, los matrimonios “representan una preciosa ayuda pastoral para la Iglesia. De hecho, ofrecen a todos un ejemplo de amor verdadero y se convierten en testigos y cooperadores de la fecundidad de la Iglesia misma”.

Fuente: Aciprensa

domingo, 13 de enero de 2019

SI NO AMAS A TU HERMANO, NO PUEDES AMAR A DIOS


Esta ha sido una de las homilías del Papa Francisco de esta semana. Siguiendo las palabras del apóstol San Juan en la primera lectura del día, cuando dice “quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”, Francisco planteó: “Si tú no eres capaz de amar algo que ves, ¿cómo vas a amar a los que no ves? Es una fantasía. Si no eres capaz de amar a Dios en lo concreto, no es cierto que tú ames a Dios”, aseguró. “El espíritu del mundo es un espíritu de división, y cuando se introduce en la familia, en la comunidad, en la sociedad, siempre genera división: siempre. Una vez que se ha introducido esa división, explicó el Papa, “crecen las divisiones y surge el odio y la guerra. El apóstol Juan dice: ‘Si uno dice que ama a Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso’, es decir, un hijo del espíritu del mundo, que es pura mentira, pura apariencia”.

“Esta es algo sobre lo cual nos hará bien reflexionar: ¿yo amo a Dios? Pero vayamos a la clave de la cuestión y veamos cómo tú amas a tu hermano”. En este sentido, el Pontífice citó tres señales que indican que una persona no ama a su hermano. “La primera señal requiere que nos preguntemos: ¿rezo por las personas? Por todas, de forma concreta, por aquellas que me son simpáticas y también aquellas que me son antipáticas, por aquellas de los que soy amigo y por aquellos que no soy amigo”.

“Segunda señal: cuando siento en mi interior sentimientos de celos, de envidia, y me viene la necesidad de desear el mal, es una señal de que no amas. Párate ahí. No dejes creces esos sentimientos: son peligrosos. No los dejes crecer”.

Por último, “la señal más cotidiana de que no amo al prójimo y, por lo tanto, de que no puedo amar a Dios, es la habladuría. Metámoslo en el corazón y en la cabeza, claramente: si difundo habladurías, no amo a Dios, porque con las habladurías estoy destruyendo a esa persona”. “Las habladurías son como los caramelos de miel: tomo uno, y otro, y otro, y luego el estómago se estropea con tantos caramelos. Porque es bello, es ‘dulce’ hablar de los demás, parece algo bueno, pero destruye. Y eso es señal de que no amas”.

Ese espíritu del mundo, aseguró el Papa Francisco, “se vence con el espíritu de la fe: creer que Dios está en mi hermano, en mi hermana. La victoria que ha vencido el mundo es nuestra fe. Únicamente con mucha fe se puede avanzar en este camino, no con pensamientos humanos de buen sentido…, no, no: no sirve. Ayudan, pero no sirven para esta lucha”. “Únicamente la fe nos da la fuerza para no difundir habladurías, para rezar por todos, también por los enemigos, y no dejar crecer los sentimientos de celos y envidia. El Señor, con este fragmento de la Primera Carta de San Juan Apóstol, nos pide concreción en el amor”.

“Amar a Dios: pero si no amas a tu hermano, no puedes amar a Dios. Y si dices que amas a tu hermano, pero realmente no lo amas, sino que lo odias, entonces eres un mentiroso”, concluyó el Papa Francisco.

sábado, 5 de enero de 2019

viernes, 4 de enero de 2019

EL PERDÓN A UNO MISMO Y A LOS DEMÁS: UN PROCESO

Perdonar es hacerse un favor a uno mismo, aunque nos han hecho creer que es hacerle un favor a los demás. Perdonar no es olvidar, ni comprender, ni tolerar. Es liberarnos del pasado, conseguir la paz y crecer. 

Este es el artículo de Luis Valdez Castellanos "El perdón a uno mismo y a los demás: un proceso".