lunes, 30 de diciembre de 2019

LAS TENTACIONES EN LA MADUREZ CRISTIANA

Muchos cristianos creen que ir a Misa, rezar el Rosario y tratar de vivir una vida cristiana coherente nos exime de las tentaciones. Pero lo cierto es que el demonio redobla sus esfuerzos cuando ve coherencia cristiana en nuestras vidas y utiliza otras estrategias con pensamientos y estados de ánimo que parecen espirituales para poco a poco desviarnos de nuestra relación con Dios.

centrarnos en nosotros mismos

uno de los grandes cambios espirituales en la persona con madurez cristiana es apartar la mirada de uno mismo y ponerla en los demás. Descubrir que hay más alegría en dar que en recibir y que la alegría de la comunión es mucho más grande que lo que pueda ofrecer quedarnos con todo para nosotros. Es muy difícil engañar o inducir a error a una persona que tiene la mirada y el corazón puestos en Dios y en los demás ya que el amor ahuyenta al maligno.

esta es la estrategia base que inspirará las demás tentaciones. El demonio necesita que centremos la mirada nuevamente en nosotros mismos para poder atacar con efectividad. El amor propio desordenado es una enfermedad espiritual que el demonio trata de introducir en nuestra vida de modos diferentes. 

Hacernos creer que la fe es contenido y no relación

La fe cristiana es una vida de relación con Cristo. Una relación que se manifiesta de muchos modos: en lo que creemos, en lo que queremos, en lo que pensamos y en lo que elegimos. Es una fe que informa y enriquece toda nuestra vida porque es una fe viva, fundada en una relación actual y real con el Señor Jesús.

Cuando la vida del cristiano está nutrida por un dialogo amoroso con Cristo, el demonio poco o nada tiene que hacer. Su estrategia, por lo tanto, consistirá en desvitalizar esta relación. ¿Cómo lo hace? tratando de que nuestros pensamientos y sentimientos religiosos empiecen a parecernos más una conquista personal que un don recibido. El objetivo del demonio es hacer de nosotros personas religiosas sin Dios. Querrá hacernos creer que podemos mejorar como cristianos prescindiendo de una relación de amistad con Jesús.

Cuando el cristiano empieza percibirse como el principal autor de su vida cristiana la fe pierde toda la energía y se enfría hasta el punto de convertirse una ideología y cuando la fe se convierte en ideología, aburre; se abre una grieta entre la vida concreta y las creencias. Seremos cristianos bien adoctrinados, asiduos en las prácticas y rituales católicos, moralmente ejemplares… y muertos por dentro.

La satisfacción espiritual

Es fundamental rezar y realizar con amor nuestras actividades religiosas y realizando todo esto experimentemos satisfacción y paz interior. Pero hay un peligro muy sutil: es muy fácil perder el horizonte y empezar a practicar nuestros ejercicios de devoción ya no con el objetivo de acercarnos a Dios y reforzar nuestro amor por Él, sino por el gusto espiritualidad que estas prácticas nos producen. Por lo que nos hacen sentir o por la imagen personal que empezamos a construir a partir de ellas.

¿Cómo podemos saber cuándo nos ocurre esto? El P. Rupnik nos da un excelente consejo: “Es importante estar atentos al proceso de los pensamientos y de los sentimientos en las oraciones y en los momentos espirituales de gran calor e intensidad (…) el enemigo se sirve de una imaginación que tiene por objeto las cosas de Dios, las cosas santas, las personas santas, o bien nosotros mismos, nuestro futuro espiritual, con el fin de suscitar en nosotros convicciones y pensamientos que, o nos hacen protagonistas “sensuales” de la vida espiritual -deseosos sobre todo de esta satisfacción- o bien, nos hacen sentirnos contentos de estar en este camino porque es satisfactorio”. Por experiencia propia, creo que no es difícil darse cuenta de la naturaleza de nuestros pensamientos y sentimientos una vez que nos hemos hecho conscientes de la necesidad de realizar su análisis. Lo difícil es precisamente esto último. Por esta razón la Iglesia recomienda no perder de vista nuestro examen de conciencia.

El apego a las propias ideas o planes

Queremos que nuestros proyectos salgan bien e incluso rezamos para que esto sea así. No tiene nada de malo y Dios también quiere que nuestras empresas evangelizadoras salgan adelante. Sin embargo, el demonio sabe muy bien que el corazón humano a veces se entrega demasiado a los propios proyectos. El hecho de que nuestras obras busquen la evangelización no nos hace inmunes a desarrollar apegos mundanos con nuestro proyectos. Apegos que nos hacen olvidar la centralidad de Dios y su gracia y nos ponen a nosotros como los protagonistas y los héroes indispensables de ese apostolado concreto. El demonio goza cuando logra disfrazar el protagonismo de celo apostólico; por eso nunca está demás poner en las manos del Señor, especialmente en el Sagrario, nuestro corazón y todos nuestros proyectos. Hablar con confianza de cada uno de ellos y dejar que el Señor nos interpele y nos ayude a ponerle siempre a Él en el centro, aunque eso signifique -gracias a Dios- hacer retroceder nuestra hambre de protagonismo.

los justicieros de Dios

Vivimos la pureza, vamos a misa, pensamos como cristianos y ayudamos a quien se cruza en nuestro camino. Por ello, no dejemos entrar a ninguna persona en nuestro círculo virtuoso. ¿Es esta una actitud cristiana? ¡Claro que no! pero enjuiciar y despreciar a los demás por no vivir o pensar como nosotros es una práctica común cuando la vida espiritual no es lo suficientemente madura. Esta es otra gran tentación de la que se vale el demonio, nos hace experimentar el gusto fariseo de ser los justicieros de Dios; aquellos con poder para definir quién vive la fe y quién no. 

Los justicieros de Dios están muy alejados de la mirada de misericordia y amor que Dios nos pide. Es importante que el cristiano que ha caído en esta tentación identifique aquellos juicios condenatorios o aquellos sentimientos de superioridad que le han embotado el corazón y los ponga con humildad a los pies del Dios que no bromeaba cuando decía que las prostitutas y los publicanos precederían a los fariseos en el Reino de los Cielos.

Ocurre cuando nuestra propia interpretación de la fe se vuelve la norma universal para juzgar las reflexión y comprensión que otros tienen de la doctrina católica. Dice el P. Rupnik: “Así las ideas se convierten en idolatría, y siguiendo ese camino se puede llegar a confundir la fe con un filón de pensamiento preciso, con una escuela precisa, incluso con un método preciso, perdiendo así un enganche real con Cristo Salvador”. En el fondo se produce una ideologización de la fe que puede llegar al extremo de descartar cualquier opinión que se oponga a la propia, incluida la voz del propio obispo, la voz del Papa o la del Magisterio de la Iglesia.

Pensamientos conformes a la psicología de la persona

Otro modo que tiene el maligno de introducir el aguijón en nuestras vidas  es el de inspirar pensamientos conformes a las características de la persona; es decir, a quien es valiente le inspirará pensamientos de entrega y coraje, quien es devoto, pensamientos de piedad y mortificación, quien es generoso, pensamientos en la linea de la caridad y la defensa de los pobres, etc. Dice el P. Rupnik: “El enemigo llega a fingir que reza con quien reza, ayuna con el que ayuna, que hace caridad con quien da limosna, para atraer la atención, entrar por las puertas de la persona y después hacerla salir donde él quería llevarla”.

El demonio conoce nuestro mundo interior y lo tiene en cuenta. Es fundamental que nosotros también lo conozcamos y sepamos hacer un fino examen de conciencia con vistas a reconocer dónde crece el trigo y dónde fue sembrada la cizaña. El criterio último de discernimiento debe ser el plan de Dios en nuestras vidas. Hay muchas cosas buenas y santas que podríamos hacer que no son parte de lo que Dios quiere para nosotros. La prudencia debe siempre regular a la caridad.

La falsa perfección

El maligno también es capaz de tentarnos con cosas que podemos superar fácilmente con el objetivo de hacernos sentir personas buenas y luchadoras, con un nivel decente de virtud en nuestras vidas. Advierte el P. Rupnik:“Se cae así en la trampa más peligrosa, la de la soberbia espiritual. No son los hombres los que consiguen vencer al príncipe de las tinieblas, sino que es sólo Dios el que vence, es el Espíritu Santo quien nos comunica la fuerza del Señor de la luz para desechar las tinieblas y vencer los engaños del tentador”. Esta soberbia espiritual va de la mano con la falsa creencia de que somos capaces de vencer cualquier tentación si es que nos lo proponemos. Dios y su gracia salen inconscientemente del panorama del combate espiritual y el terreno queda servido para que el tentador muestre su verdadero rostro. Lo terrible es que el cristiano vencido tratará de recuperarse subiendo por la misma escalera que le permitió alcanzar su pasado grado de virtud; es decir, la escalera del voluntarismo. La oración acompañará sus esfuerzos pero no será el corazón de su combate porque el tentador se ha asegurado de hacerle creer que puede lograrlo por él mismo. 

Lo siguiente será hacerlo abandonar la esperanza de ser ayudado por Dios para finalmente llevarlo a desesperar de su misericordia. El cristiano abandona la esperanza de recibir una ayuda que nunca pidió, y desespera de la misericordia divina cuando su objetivo no fue el perdón, sino recuperar la paz que le producía sentirse bueno y virtuoso. El maligno desubica al cristiano y lo coloca en batallas que perderá.

Es esencial saber que la verdadera perfección cristiana se vive en clave de morir y resucitar constantemente. Se expresa en un amor humilde que nunca se pone por encima de los demás ni se envanece con sus logros o capacidades. No halla paz en la auto contemplación sino en la felicidad de quienes están a su lado. Es una perfección que se sabe profunda y constantemente necesitada del auxilio de Dios porque reconoce su pequeñez ante el misterio del amor al que está llamada. Sus conquistas no las atribuye a sí misma sino que las agradece porque siempre son dones recibidos. 

(Del libro "El Discernimiento" de Marko Rupnik)

martes, 17 de diciembre de 2019

LA FAMILIA, ESCUELA Y CAMINO DE SANTIDAD


La subcomisión para la familia y defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española ha publicado el documento "la familia, escuela y camino de santidad" con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia que se celebrará el próximo 29 de diciembre.

Este documento destaca que el camino de la santidad "tiene etapas y exigencias diversas, y habrá de acoger con esperanza y espíritu de combate todas las posibles situaciones y vicisitudes que pueden darse en el itinerario de nuestra vida. El camino se habrá de ir llenando de acogida, de esfuerzo y entrega, de donación generosa, de trabajo y servicio generoso y para ello debemos saber en qué tipo de riqueza está puesta la seguridad de nuestra familia, y revisar en qué medida buscamos una vivencia verdadera, en comunión espiritual y de vida con los más pobres. Debemos comprometernos, de alguna manera, como familia, con aquellos que lloran y esperan nuestra solidaridad y acogida caritativa familiar. Debemos crecer en justicia y, sobre todo, en misericordia, virtud central que, en la familia, se traduce en búsqueda de comprensión, en atención generosa, en perdón permanente y en consideración amorosa de todos. Debemos mantener encendido el corazón en el fuego del amor verdadero, buscando la verdad y la purificación de nuestras relaciones, para no permitir que penetre entre nosotros nada que debilite o ponga en situación de riesgo nuestros hogares.

Muchas familias son un faro que se extiende sobre muchas personas y de este modo se convierten en una ciudad encendida en lo alto del monte que no se puede ocultar y que ilumina el mundo con su luz".

domingo, 27 de octubre de 2019

PRIMER ENCUENTRO DE FORMACIÓN DEL CURSO

El sábado 26 de octubre de 2019 tuvimos el primer encuentro de formación del curso en la zona cartaginense. En esta ocasión hablamos de la familia y su importancia en la actualidad como escuela de humanidad y evangelización para todos.

Esta es la presentación de diapositivas de la catequesis y el vídeo que sirvió de profundización posterior.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

DOCUMENTO SOBRE LA ORACIÓN CRISTIANA


La Conferencia Episcopal Española ha publicado un documento llamado "Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Orientaciones doctrinales sobre la oración", cuando está tan de moda conseguir el bienestar, el equilibrio emocional y la paz interior. Este documento puede aclarar muchas dudas sobre la oración cristiana y sus diferencias con otras técnicas y métodos de meditación ajenos al cristianismo.

Documento de la CEE sobre la oración

jueves, 4 de julio de 2019

VACACIONES FRANCISCANAS EN BUENA COMPAÑIA


Ya estamos disfrutando del tiempo de verano, tiempo de recuperar las cosas que hemos arrinconado debido a las prisas y a las ocupaciones cotidianas. Puede ser el tiempo para echar la vista atrás, ver el camino recorrido, discernir hacia dónde deben seguir nuestros pasos... Es otra oportunidad que Dios nos ofrece en su seguimiento.

Para acompañarnos en esta travesía estival, te dejamos estas sugerencias para que el verano no deje de ser un tiempo para la formación:

Libros de doctrina católica

La Biblia. Es el libro clásico de los cristianos. Te recomendamos cualquier edición católica, pero si quieres una buena edición digital puedes descargar la de la Universidad de Navarra

Evangelios: Puedes escucharlos.

Catecismo. en versión electrónica y gratuita. Es donde está recopilada toda la fe de los católicos en un modo extenso y exhaustivo. 

Compendio de la Iglesia católica: Son los contenidos del Catecismo, pero resumidos y adaptados. 

Gaudete et Exultate: Es el último documento extenso que ha escrito el Papa Francisco. El tema principal es la santidad. En la web del Vaticano puedes leerla.

Evangelii Gaudium: Ideas sencillas y prácticas para la nueva evangelización. Para leer y rezar. Te dejamos el link de la exhortación en su versión web.

Libros para rezar


La libertad interior, La paz interior y La confianza en Dios, de Jacques Philippe. Sacerdote de la Comunidad de las Bienaventuranzas. Probablemente es uno de los autores religiosos más influyentes de nuestros días. En esta entrevista con la Revista Misión da algunas de las claves presentes en sus libros. 

Santos de copas, de José Pedro Manglano.

La confesión frecuente, de Benedikt Baur. Los consejos de un abad para confesarse frecuentemente. Cómo superar las dificultades y aprovechar bien el sacramento de la confesión.

Libros de santos

Las Confesiones, de San Agustín: Libros autobiográficos de San Agustín de Hipona, en los que cuenta su juventud y su posterior conversión al cristianismo.

Historia de un alma, de Santa Teresita del Niño Jesús (Teresa de Lisieux). Escritos y vida de esta santa francesa, que se ha convertido en un camino a imitar de santidad.

Libro de su vida, de Santa Teresa de Jesús: Primer libro de la santa de Ávila, es una autobiografía en la que nos narra sus experiencias espirituales.

Diario de Santa Faustina, Santa Faustina Kowalska: escritos y notas sobre la vida de la santa, en la que se narran las visiones de la Divina Misericordia.

Clásicos


El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl: Escrito por un psiquiatra que padeció los horrores de un campo de concentración, este libro proporciona una visión profunda del hombre desde el sufrimiento y desde el amor, realista al mismo tiempo que esperanzada. 

Mero Cristianismo, de C.S. Lewis: Se condensan en este libro los pilares básicos de la fe y de la moral cristianas.

Cartas del diablo a su sobrino, de C.S. Lewis: A través de una serie de cartas, Lewis muestra al ser humano desde la perspectiva de la actuación del mal.

Comunicar la Fe


¿Cómo defender la fe sin alzar la voz?, de Austen Ivereigh y Yago de la Cierva. 

¿Es razonable ser creyente?, de Alfonso Aguiló: El subtítulo del libro es “50 cuestiones actuales en torno a la fe”, entre las que se encuentran temas como la creación, la existencia de Dios, la muerte, el amor para siempre, el mal en el mundo, las leyendas negras de la Iglesia, el sexo y la cultura de la vida. Libro muy completo y sencillo de leer que responde a preguntas difíciles yendo al grano. Puedes leer algunos capítulos en Google Books.

Introducción al Cristianismo, de Joseph Ratzinger. Uno de los libros escritos por el que después llegaría a ser Benedicto XVI. El cristianismo explicado a través del credo. 

Amor, noviazgo y matrimonio


Una decisión original, guía para casarse por la Iglesia, de María Álvarez de las Asturias, Lucas Buch y Nicolás Álvarez de las Asturias: para aprender a amar con amor del bueno.

Sexo, cuándo y por qué; la sexualidad al desnudo, de Jesús María Silva Castignani, «Ante la posibilidad de tener sexo con alguien, un adolescente o un joven no se hace muchas preguntas. «Todo el mundo lo hace. Pero, ¿y si no es lo mejor para ti? ¿Y si no es el momento adecuado o no es la persona adecuada?El sexo es algo atractivo y maravilloso, pero también puede ser fuente de abusos y de heridas en el corazón. Este libro te ayudará a entender el sexo desde una perspectiva diferente, para que así puedas saber cuándo y por qué estamos llamados a tener relaciones sexuales. 

Humanae vitae: Encíclica de Pablo VI sobre la regulación de la natalidad. Por qué la Iglesia mantiene una postura contraria a la anticoncepción y uso de los métodos naturales para llevar a cabo una paternidad responsable.

Saber amar con el cuerpo, de Mikel Gotzon Santamaría: El sentido del sexo, la locura de casarse, ser persona y ser hombre y mujer, y estética de la sexualidad son algunos de los capítulos de este libro. El autor propone unos principios de lo que él llama “ecología sexual”: una manera de entender y vivir la sexualidad que lleve realmente a la felicidad.

Construir el amor, de José Pedro Manglano: “¿Y cuando el amor entra en crisis?”. En este libro se planta cara a la creencia de que el amor es algo que “nos pasa” y que cuando “se acaba” no podemos hacer nada. Un básico para entender mejor las diferentes etapas del amor, no solo entre hombre y mujer, sino también entre padres e hijos, y entre una persona y Dios. 

Libro electrónico de Arguments sobre Cultura de la Vida, de Aceprensa: Está organizado en torno a catorce capítulos: aborto (cuatro capítulos); bioética; células madre; clonación; discapacidad; eugenesia; eutanasia y cuidados paliativos; genética; medicina y dolor; objeción de conciencia, y reproducción asistida.

Laudato Si: la segunda encíclica del Papa Francisco. La llaman la encíclica ecológica pero se encuadra dentro del marco de la «cultura del descarte», la cultura del usar y tirar, que usa tanto a las personas como los recursos naturales de forma egoísta, sin reparar en las consecuencias.

El aborto, a debate, de Alejandro Navas: Este libro aborda cuestiones que rondan la realidad del aborto, ¿Qué tipo de sociedad legaliza el aborto?, ¿supone el aborto la capitulación del Estado de Derecho?, ¿cómo se rindió la clase médica ante el lobby abortista?, ¿cuánto dinero mueve el negocio del aborto?, ¿enfrenta el aborto a creyentes contra no creyentes?

Aprovechemos este verano para seguir creciendo y dar gracias por todo un curso y por todos los hermanos que hemos tenido a nuestro lado en los momentos alegres y en las dificultades.

lunes, 10 de junio de 2019

DOCUMENTO DEL VATICANO SOBRE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO


El Vaticano se ha pronunciado sobre la ideología de género en la educación con un documento de la Congregación para la Educación Católica titulado “Varón y mujer los creó. Para una vía de diálogo sobre la cuestión del género en la educación”. En el documento se explica que “se difunde cada vez más la conciencia de que estamos frente a una verdadera y propia emergencia educativa, en particular por lo que concierne a los temas de afectividad y sexualidad”.

El Vaticano advierte que “la desorientación antropológica, que caracteriza ampliamente el clima cultural de nuestro tiempo, ha contribuido a desestructurar la familia, con la tendencia a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural”. En este contexto, “la misión educativa enfrenta el desafío que surge de diversas formas de una ideología, llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer”.


Esta ideología “presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo”.

“La visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano”. Por ello, “la Congregación para la Educación Católica, dentro de sus competencias, tiene la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada”.

De esta manera, “se quiere promover una metodología articulada en las tres actitudes de escuchar, razonar y proponer, que favorezcan el encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades”.

Escuchar. El documento plantea una serie de puntos de encuentro, como “la educación de niños y jóvenes a respetar a cada persona en su particular y diferente condición, de modo que nadie, debido a sus condiciones personales (discapacidad, origen, religión, tendencias afectivas, etc.) pueda convertirse en objeto de acoso, violencia, insultos y discriminación injusta”.

Esta ideología “induce proyectos educativos y pautas legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente libres de la diferencia biológica entre el hombre y la mujer”.

Razonar. En el documento, se presentan una serie de “argumentos racionales que aclaran la centralidad del cuerpo como un elemento integral de la identidad personal y las relaciones familiares”. Recuerda que “desde un punto de vista genético, las células del hombre (que contienen los cromosomas XY) son diferentes a las de las mujeres (cuyo equivalente es XX) desde la concepción”. El proceso de identificación de la persona “se ve obstaculizado por la construcción ficticia de un ‘género’ o ‘tercer género’. 

Proponer. El Vaticano aborda la introducción de la ideología de género en la educación y señala que “sin una aclaración satisfactoria de la antropología sobre la cual se base el significado de la sexualidad y la afectividad, no es posible estructurar correctamente un camino educativo que sea coherente con la naturaleza del hombre como persona, con el fin de orientarlo hacia la plena actuación de su identidad sexual en el contexto de la vocación al don de sí mismo”.

El primer paso para esa aclaración antropológica “consiste en reconocer que también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo”. Explica que “la antropología cristiana tiene sus raíces en la narración de los orígenes tal como aparece en el Libro del Génesis, donde está escrito que ‘Dios creó al hombre a su imagen, varón y mujer los creó’. En estas palabras, existe el núcleo no solo de la creación, sino también de la relación vivificante entre el hombre y la mujer, que los pone en una unión íntima con Dios”. “Esta es la respuesta antropológica a la negación de la dualidad masculina y femenina a partir de la cual se genera la familia. El rechazo de esta dualidad no solo borra la visión de la creación, sino que delinea una persona abstracta que después elige para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya”.

“La familia es el lugar natural en donde esta relación de reciprocidad y comunión entre el hombre y la mujer encuentra su plena actuación”. Hace hincapié en que en la familia “se fundan dos derechos fundamentales que siempre deben ser respaldados y garantizados”. “El primero es el derecho de la familia a ser reconocida como el principal espacio pedagógico primario para la formación del niño”.

El segundo derecho “es el del niño a crecer en una familia, con un padre y una madre capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su madurez afectiva. Seguir madurando en relación, en confrontación, con lo que es la masculinidad y la feminidad de un padre y una madre, y así armando su madurez afectiva”.

El documento del Vaticano explica que “a la acción educativa de la familia se une la de la escuela, que interactúa de manera subsidiaria”. “La escuela católica debe convertirse en una comunidad educativa en la que la persona se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica, interactuando de manera constructiva, ejercitando la tolerancia, comprendiendo los diferentes puntos de vista y creando confianza en un ambiente de auténtica armonía”. “La educación a la afectividad necesita un lenguaje adecuado y moderado. En primer lugar, debe tener en cuenta que los niños y los jóvenes aún no han alcanzado la plena madurez y empiezan a descubrir la vida con interés. Por lo tanto, es necesario ayudar a los estudiantes a desarrollar un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad”.

Por estas razones, “no se puede dejar a la familia sola frente al desafío educativo. Por su parte, la Iglesia continúa ofreciendo apoyo a las familias y a los jóvenes en las comunidades abiertas y acogedoras”.

Lee el documento aquí

Fuente: Aciprensa

¿IGUALDAD O IGUALITARISMO?


Recuerdo haber escuchado al Papa Francisco dos expresiones que, aparentemente, bien podrían parecer pensamientos contradictorios: “Todos somos iguales a los ojos de Dios”, y, “cada uno de nosotros es único e irrepetible”… Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Somos iguales o somos diferentes? ¿Hay que apostar por la igualdad o por la diversidad?

Es curioso, porque así como en las últimas décadas del siglo pasado, lo que ‘se llevaba’ en Occidente era la diversidad y la pluralidad; en estos inicios del siglo XXI, la igualdad es el valor en alza. Las tendencias culturales se caracterizan (me atrevo a añadir que, por desgracia), por la llamada ‘ley del péndulo’. La diversidad fue reivindicada en un tiempo, como un grito de libertad frente a una tradición que se percibía como impuesta por nuestros antepasados. En ese contexto, el pensamiento relativista caracterizó el movimiento reivindicativo de la diversidad. Pero, llegado un determinado momento, cuando la cultura alternativa pasó a ser la dominante, el relativismo dio paso a la dictadura del relativismo; y la reivindicación de la diversidad fue suplantada por la de la igualdad.

Por ejemplo, el escritor ruso Alexander Solzhenitsyn se rebeló contra el intento de imposición del igualitarismo por parte de la dictadura soviética. Frente a un estado totalizante que pretendía imponer un pensamiento único, el literato formuló una expresión especialmente lúcida y de gran valor ético y espiritual: «Los seres humanos nacen con distintas capacidades. Si son libres, no son iguales. Si son iguales, no son libres«. Así mismo, los disidentes del maoísmo chino han sido y siguen siendo reivindicadores de la pluralidad; ya que perciben que el igualitarismo es una coartada para el control social y un camino hacia la esclavitud.

Es triste constatarlo, pero tanto la reivindicación de la ‘diversidad’ como la de la ‘igualdad’, han estado integradas en la estrategia de poder de cada momento histórico; en lugar de ser expresión del deseo de explorar la riqueza de la condición humana.

Sin embargo, más allá de estrategias políticas, desde el punto de vista antropológico, no estamos ante dos aspectos que debieran ser percibidos como antagónicos, sino ante dos valores que se complementan y que deben ser cultivados conjuntamente. Cuando el Papa afirmaba que “todos somos iguales a los ojos de Dios”, se refería a la igual dignidad de todos los seres humanos, independientemente de nuestra cultura, clase social, religión, edad, salud, etc. Ante Dios (o dicho de otro modo, desde el punto de vista objetivo), un enfermo de alzheimer, un indigente, o el nasciturus gestante en el seno materno, tienen la misma dignidad que un deportista de élite o el ganador de unos comicios electorales. Y sin embargo, cada uno de ellos es ‘único e irrepetible’, ya que el ser humano no es ‘reproducido’, sino ‘procreado’ (engendrado en colaboración con el acto creador de Dios). Esto último es clave para entender la razón por la que no hay, ni habrá, en todo el mundo, a lo largo de la historia de la humanidad, dos seres humanos iguales.

Por ello, el humanismo cristiano predica la igual dignidad (al tiempo que la diversidad) de los seres humanos, que –dicho sea de paso— son una condición necesaria para aspirar a la comunión en la complementariedad.

Llegados a este punto, cito dos textos del Papa Francisco que no tienen desperdicio. Frente a la pretensión de desdibujar la complementariedad entre el hombre y la mujer, el Papa afirma: “Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer. Ésta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia.” (Amoris Laetitia, n. 56). No son de recibo las desigualdades injustificadas entre el hombre y la mujer; como tampoco tiene sentido una indiferenciación irracional.

En referencia al encuentro entre ‘diferentes’ (perfectamente aplicable al reto de la interculturalidad), dice Francisco: “La unidad a la que hay que aspirar no es uniformidad, sino una «unidad en la diversidad», o una «diversidad reconciliada». En ese estilo enriquecedor de comunión fraterna, los diferentes se encuentran, se respetan y se valoran, pero manteniendo diversos matices y acentos que enriquecen el bien común. Hace falta liberarse de la obligación de ser iguales.” (AL n. 139).

En resumen, los vaivenes pendulares de la cultura se mueven entre la reivindicación de la pluralidad y la igualdad. Pero, una cosa es la pluralidad y otra el relativismo; de la misma forma que tampoco cabe identificar igualdad con igualitarismo. El verdadero reto es superar estas falsas dialécticas, por el camino de la comunión (unidad en la diversidad).

La fiesta de Pentecostés ilustra tanto el valor de la igualdad como el de la diversidad. Aquellos doce apóstoles reunidos en torno a María en el Cenáculo de Jerusalén, no podían ser más distintos, y sin embargo, no pudieron vivir una experiencia mayor de comunión en la unidad del Espíritu Santo. Podríamos decir que ‘Pentecostés’ es el ‘antiBabel’. El milagro del Espíritu Santo es lograr la unidad en la diversidad, la sinfonía entre diferentes. La gracia del Espíritu Santo es la comunión, haciéndonos capaces de ‘hablar un mismo idioma’. Todo un reto para nuestra cultura, y en especial para los cristianos, ya que la primera comunidad cristiana nos puso el listón muy alto: “El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hch 4, 32)… ¡Ven, Espíritu Santo!

(Artículo de J.I. Munilla, Obispo de San Sebastián)

viernes, 7 de junio de 2019

DECÍDETE A CAMBIAR DE ZAPATOS


Dice un refrán popular "dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Pues bien, en nuestra sociedad del “buen rollo” existe una alarmante dificultad para sentir compasión y experimentar empatía. Podemos pensar en la popularidad de youtubers que se dedican a burlarse de contenidos ajenos; en el éxito de los jurados de programas como “La voz” o “Got Talent” cuando sus opiniones son sarcásticas o humillantes; o en el tono que se vive en las gradas de los campos de fútbol -profesionales o amateurs-, donde la alegría de la competición amistosa es sustituida a menudo por un clima de confrontación y mal perder verdaderamente irracional.

Nos encanta hablar de solidaridad y empatía, pero tanta palabrería difícilmente oculta la tendencia egocéntrica de nuestra sociedad individualista. Asistimos, pues, a un ocaso de la empatía. Nos cuesta ponernos en la piel del otro; probarnos sus zapatos. Este ocaso de la empatía obedece, al menos, a cuatro causas.

1. La epidemia del narcisismo. Las personas egoístas, obsesionadas con su currículum y su autoimagen, están demasiado centradas en sí mismas como para comprender lo que puede estar sintiendo otra persona. Quien se cree una persona realmente especial y única, lógicamente no tendrá muchos incentivos para intentar comprender cómo se siente “el resto de los mortales”, que no comparte su carácter genial e irrepetible.

2. La omnipresencia de las pantallas. La empatía se desarrolla mirando a los demás, aprendiendo a interpretar un leve gesto, una medio sonrisa, una mirada. Se ha demostrado cómo el hecho de articular nuestras relaciones y conversaciones a través de pantallas reduce considerablemente la capacidad de entender qué le está pasando a la otra persona. Las pantallas, por muchos emoticonos que pongamos, nos hacen menos empáticos.


3. Los modelos que nos presentan los medios de comunicación y la cultura. En los medios de comunicación –programas, series y películas- predominan los modelos triunfadores, competitivos y polémicos. En este sentido, es divertido comparar el héroe de una película de John Ford con el héroe de una película actual: su aspecto, sus reacciones, sus pectorales, sus valores. O comparar las canciones de amor de hace 40 ó 50 años con los temas –¿amorosos?- de Bad Bunny o de Maluma. No somos inmunes a estos modelos, que permean poco a poco nuestra personalidad y nos hacen personas más pragmáticas, hedonistas y egoístas.

4. Clima de competitividad y cultura del éxito. La cultura del éxito y la competición pone un acento especial en el resultado. Hay que triunfar, ya se sabe. Dios no te creó para estar en la media, para ser uno más. Así, no importa tanto el esfuerzo ni el camino recorrido con otros, sino llegar el primero a la meta, el resultado final. Conforme a esta lógica, el triunfador es el niño que saca buenas notas –aunque sea un idiota- o el adulto que tiene una carrera profesional exitosa y lleva trajes de Armani, aunque su vida familiar sea un desastre o no tenga relaciones de amistad significativas y profundas. 

Todos estos factores hacen que, más allá de apelaciones ocasionales a la empatía, hechas muchas veces con un enfoque egoísta, “porque ser empático es rentable social y profesionalmente”, vivamos en una sociedad fría e individualista.

Pues bien, para rescatar la empatía como un verdadero valor social hacen falta personas disidentes, que conformen una verdadera resistencia: la resistencia de la empatía, del cariño y de la ternura. Lo que no equivale a ser infantiloides, ñoños ni blandos. Se puede ser cariñoso y a la vez exigente; humilde y fuerte; tierno y responsable. No nos dejemos engañar por caricaturas distorsionadas y acarameladas del corazón.

La reivindicación de la empatía requiere principalmente reeducar el corazón, para aprender a ponernos más a menudo en los zapatos de los demás. Cada uno podrá contribuir a esta nueva educación afectiva de distintas formas.

– Los medios de comunicación y las personas influyentes, podrán presentar modelos compasivos y humildes, que estén abiertos a los demás y valoren el trabajo en equipo. Retirar un poco el foco de personas, personajes y personajillos ególatras y pagados de sí mismos, y dar más cuota de pantalla a otros líderes más generosos y empáticos.

– Los educadores y las familias, deberían recordar que la clave de la felicidad no es un punto más en la nota media, ni un coche diez mil euros más caro, sino más bien la capacidad de establecer relaciones significativas con otras personas. No insistas tanto a tu hijo en lo trascendental que es sacar buenas notas; repítele que más importante es tener un buen corazón.

– Cada uno de nosotros podría intentar mirar un poco más a los lados y ponernos más a menudo en la piel de los demás.

Educar el corazón. Cambiar más de zapatos. Reconquistar la empatía. Eso sí que son objetivos ilusionantes, y no conseguir más likes, adelgazar dos kilos o ahorrar lo suficiente para poder comprarnos un bolso de marca. No te conviertas en un burgués triste y narcisista. Sacúdete la comodidad y el egoísmo, tan pegajosos como aburridos. Apúntate a la resistencia. Engorda tu capacidad de amar. Decídete a cambiar más de zapatos.


(Artículo aparecido en Aleteia)

viernes, 12 de abril de 2019

BENEDICTO XVI ESCRIBE SOBRE LA IGLESIA Y LOS ABUSOS SEXUALES


El Papa Emérito Benedicto XVI ha publicado el texto “La Iglesia y los abusos sexuales”, en el que ofrece sus reflexiones sobre la actual situación y expone sus propuestas para enfrentar esta grave crisis.

El texto está dividido en tres partes. En la primera presenta el contexto histórico desde la década de 1960, en la segunda se refiere a los efectos en la vida de los sacerdotes y en la tercera hace una propuesta para una adecuada respuesta de la Iglesia.

viernes, 5 de abril de 2019

ANTE LA EUTANASIA

Ante las informaciones que están apareciendo en los medios en los últimos días, la OFS de la Zona Cartaginense quiere recordar a los hermanos franciscanos, creyentes y personas de buena voluntad la declaración sobre la eutanasia de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe que nos ilumina sobre este tema tan controvertido.

Podéis descargar y leer el documento aquí.

miércoles, 3 de abril de 2019

CRISTO VIVE, EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL



El Vaticano publicó este martes 2 de abril la Exhortación Apostólica Postsinodal "Christus vivit" (Cristo vive). Se trata de un documento especialmente dirigido a los jóvenes de la Iglesia y también a todo el Pueblo de Dios.


Esta Exhortación Apostólica es el resultado del Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional que se celebró del 3 al 28 de octubre. 

Podéis descargarla aquí



martes, 26 de marzo de 2019

EL MEJOR FORMADOR DEL MUNDO

Hace unos días conocíamos la noticia del "Global Teacher Prize", o lo que es lo mismo el Nobel de los profesores. Ha ido a parar a un hermano franciscano keniata, Peter Tabichi, profesor de secundaria de la especialidad de ciencias en un área del país tremendamente desfavorecida.

Lo que más me llama la atención de este profesor es que dedica el 80% de su sueldo en ayudar a los niños más pobres que llegan a su escuela y les proporciona libros, uniformes y materiales necesarios para que puedan tener una educación 

que les permita crecer como personas y llegar a ser aquello con lo que siempre han soñado. Además, confirma a sus padres en la idea de que una educación sólida es algo bueno para sus hijos.

Este profesor, en definitiva, transmite algo más que conocimientos a sus alumnos. Con su actitud, les transmite la convicción que tiene de que podemos tener un mundo mejor pero tenemos que empezar por nosotros mismos, cambiando nuestras actitudes y mirada hacia los demás. Quizá no podamos llegar a lo que ha llegado este humilde profesor franciscano por nuestra situación personal y familiar pero sí que podemos reorientar el rumbo y ofrecernos a aquellos que tenemos alrededor y que pueden necesitar una palabra en algún momento, en alguna circunstancia o problema que puedan atravesar.

San Francisco solía decir que dando es como se recibe y esto es lo que le ha ocurrido al hermano Peter Tabichi: para él su vida es darse, entregarse a los demás en su escuela de secundaria y es así como ha recibido mucho más. Y no me refiero al premio que ha recibido, sino ver levantarse y ser conscientes de su dignidad de personas a los chavales que han pasado por su escuela.
Enhorabuena.

domingo, 24 de marzo de 2019

EL AMOR, ANTÍDOTO AL SUFRIMIENTO, AL DOLOR Y LA ENFERMEDAD


La psiquiatra Marian Rojas ha ofrecido una entrevista al diario La Opinión en la que nos ofrece unas claves para ser felices y para lograr una vida plena. 

Desconectar el teléfono móvil para escapar de los estímulos que nos alteran es el principal consejo a los pacientes que se caen en su diván, incapaces de gestionar sus emociones en plena huida sin éxito del dolor y el sufrimiento que provoca el vacío de sus vidas. Ese desasosiego perjudica gravemente al organismo, hasta el punto de que la toxicidad del odio puede llegar a alterar nuestros genes. «Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo». Acaba de lanzar "Cómo hacer que te pasen cosas buenas" (Espasa) para ayudar a la gente a encontrar la felicidad superando las heridas del pasado y mirando con ilusión al futuro. 

¿Consiste la felicidad únicamente en que nos pasen cosas buenas?

Ese es un pilar para ser feliz o por lo menos para conseguir que lo que te suceda lo interpretes como algo positivo. La vida tiene un gran componente de sufrimiento y de momentos de dolor que son unos ingredientes más de la vida misma. Es un drama dedicar nuestro tiempo a huir del dolor y del sufrimiento.

¿Cómo hay que gestionar el estrés para mejorar nuestro bienestar?

Conociéndose a uno mismo para saber cómo reacciona el cuerpo y la mente ante el estrés. Cuando uno sabe lo que le pasa puede enfrentarse a ello y gestionarlo mejor, porque uno conoce su forma de ser y localiza sus principales focos de estrés.

¿Qué es más importante: controlar la mente o controlar las emociones?

Casi todas las emociones vienen precedidas de un pensamiento. La emoción genera después un impacto en el organismo. A veces no somos capaces de gestionar la emoción, pero podemos educar los pensamientos para capear esas emociones.

Dígame cómo se educa el pensamiento.

Todos tenemos una voz interior comentadora que nos va narrando la jugada: has engordado, tu jefe no te hace caso, esta ciudad es un horror, etc. Cada uno de esos pensamientos genera una emoción y, por lo tanto, un impacto en el organismo. Muchas veces, ante esos pensamientos, nos autoboicoteamos y ponemos a nuestro organismo en modo alerta.

¿Qué hacer entonces?

Educar al pensamiento para que no sea negativo y hablarle de tú a tú.

Déme alguna técnica para no sentirme desbordada por mis emociones.

Desconecte el teléfono. El teléfono es una fuente constante de estímulos que nos alteran porque generan vacío, nos tienen en tensión ante compromisos por contestar y además nos hace creer que todo el mundo es más feliz que tú y más guapo en las redes sociales.

¿Cómo puedo, en definitiva, mejorar mi vida personal, familiar y laboral?

El que se conoce a sí mismo y sabe gestionarse con cierto equilibrio interior mejora a nivel de pareja, profesional, familiar y social. El que vive esclavo de las emociones está perdido, vacío y sin rumbo.

¿Por qué somatizamos nuestros sentimientos?

Las emociones impactan directamente en nuestro organismo y el que se traga sus emociones acaba ahogándose.

¿Qué hay en el fondo de nuestra mente?

La ilusión de ser felices, hallar un estado de plenitud y la necesidad de ser amados.

¿Cómo surgen el optimismo y el pesimismo?

Es la misma forma de ver la realidad pero con diferentes gafas. El pesimista puede nacer o hacerse y el optimismo se puede aprender porque nunca es tarde para reeducar el cerebro.

¿Es lo mismo la felicidad que el bienestar?

No. Un gran amigo mío dice que el bienestar es una sensación física y psicológica que colma los sentidos y la felicidad es el corazón.

¿Qué papel juega el amor en nuestras vidas?

Todo. Es el antídoto al sufrimiento, al dolor y a la enfermedad. Hoy en día todo es de usar y tirar, hasta el amor que parece que requiere de la aprobación inmediata a través de un clic, cuando es todo lo contrario y necesita esfuerzo, constancia, trabajo, delicadeza y paciencia. Hemos cambiado nuestro cerebro y queremos satisfacción instantánea a base de un clic.

¿Por qué el odio es tan determinante en nuestras relaciones sociales?

Tendemos a aliviar nuestra situación viendo lo negativo de los demás. El odio es otro pensamiento tóxico, como el resentimiento, que nos inunda. El odio y el resentimiento son tan tóxicos para el organismo que provocan todo tipo de enfermedades, hasta el punto que alteran nuestros genes.

¿Hay modo de combatirlo?

Sí. Queriendo a la gente e ilusionándose por la vida. Rodeándose de personas-vitamina y aprendiendo a perdonar. Un corazón resentido no puede ser feliz. Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo.

jueves, 7 de marzo de 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

ITINERARIO CUARESMAL 2019

Este es el itinerario propuesto para la Orden en esta Cuaresma que está a punto de comenzar. Desde la Junta de zona os deseamos que tengáis una Santa Cuaresma 2019.

martes, 26 de febrero de 2019

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2019



"Cada año, a través de la Madre Iglesia, Dios «concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que […] por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios». De este modo podemos caminar, de Pascua en Pascua, hacia el cumplimiento de aquella salvación que ya hemos recibido gracias al misterio pascual de Cristo: «Pues hemos sido salvados en esperanza».

Este misterio de salvación, que ya obra en nosotros durante la vida terrena, es un proceso dinámico que incluye también a la historia y a toda la creación. San Pablo llega a decir: «La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios». Desde esta perspectiva querría sugerir algunos puntos de reflexión, que acompañen nuestro camino de conversión en la próxima Cuaresma.

1. La redención de la creación

La celebración del Triduo Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, culmen del año litúrgico, nos llama una y otra vez a vivir un itinerario de preparación, conscientes de que ser conformes a Cristo es un don inestimable de la misericordia de Dios.

Si el hombre vive como hijo de Dios, si vive como persona redimida, que se deja llevar por el Espíritu Santo y sabe reconocer y poner en práctica la ley de Dios, comenzando por la que está inscrita en su corazón y en la naturaleza, beneficia también a la creación, cooperando en su redención.

Por esto, la creación —dice san Pablo— desea ardientemente que se manifiesten los hijos de Dios, es decir, que cuantos gozan de la gracia del misterio pascual de Jesús disfruten plenamente de sus frutos, destinados a alcanzar su maduración completa en la redención del mismo cuerpo humano. Cuando la caridad de Cristo transfigura la vida de los santos —espíritu, alma y cuerpo—, estos alaban a Dios y, con la oración, la contemplación y el arte hacen partícipes de ello también a las criaturas, como demuestra de forma admirable el “Cántico del hermano sol” de san Francisco de Asís. Sin embargo, en este mundo la armonía generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa del pecado y de la muerte.

2. La fuerza destructiva del pecado

Efectivamente, cuando no vivimos como hijos de Dios, a menudo tenemos comportamientos destructivos hacia el prójimo y las demás criaturas —y también hacia nosotros mismos—, al considerar, más o menos conscientemente, que podemos usarlos como nos plazca.

Entonces, domina la intemperancia y eso lleva a un estilo de vida que viola los límites que nuestra condición humana y la naturaleza nos piden respetar, y se siguen los deseos incontrolados que en el libro de la Sabiduría se atribuyen a los impíos, o sea a quienes no tienen a Dios como punto de referencia de sus acciones, ni una esperanza para el futuro. Si no anhelamos continuamente la Pascua, si no vivimos en el horizonte de la Resurrección, está claro que la lógica del todo y ya, del tener cada vez más acaba por imponerse.

Como sabemos, la causa de todo mal es el pecado, que desde su aparición entre los hombres interrumpió la comunión con Dios, con los demás y con la creación, a la cual estamos vinculados ante todo mediante nuestro cuerpo.

El hecho de que se haya roto la comunión con Dios, también ha dañado la relación armoniosa de los seres humanos con el ambiente en el que están llamados a vivir, de manera que el jardín se ha transformado en un desierto. Se trata del pecado que lleva al hombre a considerarse el dios de la creación, a sentirse su dueño absoluto y a no usarla para el fin deseado por el Creador, sino para su propio interés, en detrimento de las criaturas y de los demás.

Cuando se abandona la ley de Dios, la ley del amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil. El pecado que anida en el corazón del hombre —y se manifiesta como avidez, afán por un bienestar desmedido, desinterés por el bien de los demás y a menudo también por el propio— lleva a la explotación de la creación, de las personas y del medio ambiente, según la codicia insaciable que considera todo deseo como un derecho y que antes o después acabará por destruir incluso a quien vive bajo su dominio.

3. La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón

Por esto, la creación tiene la irrefrenable necesidad de que se manifiesten los hijos de Dios, aquellos que se han convertido en una “nueva creación”: «Si alguno está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo». En efecto, manifestándose, también la creación puede “celebrar la Pascua”: abrirse a los cielos nuevos y a la tierra nueva.

Y el camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.

Esta “impaciencia”, esta expectación de la creación encontrará cumplimiento cuando se manifiesten los hijos de Dios, es decir cuando los cristianos y todos los hombres emprendan con decisión el “trabajo” que supone la conversión. Toda la creación está llamada a salir, junto con nosotros, «de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios».

La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.

Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas: de la tentación de “devorarlo” todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacío de nuestro corazón. Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia. Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar así la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.

Queridos hermanos y hermanas, la “Cuaresma” del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creación para hacer que volviese a ser aquel jardín de la comunión con Dios que era antes del pecado original.

Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la esperanza de Cristo a la creación, que «será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios». No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión.

Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación".

viernes, 22 de febrero de 2019

LA REGLA OFS: EVANGELIO Y VIDA

El pasado sábado 16 de febrero de 2019, tuvimos en la zona el segundo encuentro de formación del curso. Hubo tiempo para todo: catequesis, actividades lúdicas y compartir en fraternidad. Estos fueron los materiales que utilizamos junto con otros para profundizar en el tema de la Regla OFS.


viernes, 15 de febrero de 2019

CURSO DE FRANCISCANISMO Y ARTE

El Instituto teológico de Murcia ha puesto en marcha un seminario sobre franciscanismo y arte que se puede hacer tanto online como de manera presencial.

Este seminario pretende ser una introducción al arte surgido en torno a los franciscanos y su experiencia religiosa. Se prestará especial atención a la espiritualidad y la teología que subyacen en dichas manifestaciones artísticas.

Los contenidos del curso son:

1. Consideraciones generales.
2. Los franciscanos y la arquitectura.
3. Iconografía franciscana: San Francisco y su espiritualidad en el arte.
4. Franciscanismo y artes plásticas

Podemos pedir información en el ITM de Murcia   itmfranciscano.org


domingo, 10 de febrero de 2019

PROPUESTA PARA LA CRISIS DE NUESTRO TIEMPO


El arzobispo de Los Ángeles, Monseñor José Gómez, ha hecho una propuesta desde la fe para la crisis de nuestro tiempo en un artículo publicado en Aciprensa, en el que trató de la crisis de la persona humana de nuestro tiempo.

Monseñor hizo referencia a los misioneros españoles, que hicieron importantes contribuciones a la tradición humanista de Occidente, profundizaron nuestra comprensión de la Encarnación y sus implicaciones, ayudándonos a ver la santidad y el destino trascendente de toda vida humana hecha a la imagen de Dios y redimida en Jesucristo. Mencionó a los dominicanos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas y al franciscano San Junípero Serra. Cada uno de ellos enfrentó un desafío histórico en cuanto a la definición y el significado de la persona humana.

El Arzobispo expuso que enfrentamos un desafío similar en nuestros días. Estamos perdiendo nuestra dimensión religiosa de la persona humana, del carácter sagrado de nuestra personalidad, es decir, de la verdad de que somos criaturas espirituales creadas a imagen de Dios, nacidas con un deseo interno de buscar la verdad y la trascendencia, un deseo que sólo Dios puede satisfacer. La crisis de la persona humana es una crisis referente a la Encarnación. Hemos olvidado la hermosa verdad de que Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo unigénito para salvarnos y revelarnos sus propósitos.

La Encarnación nos revela a un Dios personal que por amor quiere compartir su vida con nosotros. A un Dios que nos ama tanto que se humilló a sí mismo para asumir la carne humana, naciendo del seno materno y criándose en una familia humana, trabajando con manos humanas y compartiendo todas las alegrías y tristezas de la vida humana, incluso los extremos de la vida humana: el sufrimiento físico y emocional y la muerte.

Mario Vittorino, un filósofo y converso del siglo IV, dijo: “Cuando me encontré con Cristo, descubrí mi verdadera humanidad”. Este es el poder del evangelio. En Jesucristo, descubrimos que la vida humana tiene una vocación divina, que nuestra humanidad fue hecha para ser “divinizada”, que fue creada para compartir la propia naturaleza de Dios. En Jesucristo descubrimos que nacemos para “renacer”, como hijos de Dios, como sus hijos e hijas amados.

Desde el principio, la imitación de Jesucristo ha sido la forma básica de la vida y espiritualidad cristianas. Jesús nos llamó a seguirlo, a pensar con su mente, a amar con su corazón, a vivir de acuerdo a sus palabras. San Pablo dijo sencillamente: “Yo imito a Cristo”. Imitar a Jesucristo es darse cuenta de la plenitud de nuestra humanidad, es conocer la perfección humana, es seguir sus pasos, vivir los misterios de su vida, tomarlo realmente como el camino y la verdad de nuestras vidas. El objetivo de imitar a Cristo es “volvernos como Jesús”, ser conscientes de su presencia dentro de nosotros. “Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí”, dijo San Pablo.

Este es el poder y la gracia que nos llega a través de la Encarnación. Gracias a que Cristo se humilló a sí mismo para compartir nuestra humanidad, tenemos ahora esta asombrosa posibilidad de compartir su divinidad. Somos criaturas con cuerpo y alma, corazón y conciencia, mente y voluntad, creadas del polvo de la tierra y llenas del aliento de Dios, de su Espíritu. En su amor, Dios nos llama ahora a caminar con Jesús y a compartir su misión, es decir, nos llama a servir en el amor a nuestros hermanos y hermanas, a transformar la ciudad terrenal en el reino de Dios, a darle gloria a Dios con nuestra vida. Esta es la hermosa imagen de persona humana que estamos llamados a proclamar en nuestro tiempo.

miércoles, 6 de febrero de 2019

SEGUNDO ENCUENTRO DE FORMACIÓN DE LA ZONA


El próximo día 16 de febrero tendrá lugar en Santa Catalina del Monte, la segunda jornada de formación del curso. El tema de formación que trataremos será "la Regla OFS, Evangelio y Vida".
Este es el programa del encuentro:

10:00 h.: Acogida

10:30 h.: Catequesis. “La Regla de la O.F.S. Evangelio y Vida.

11:30 h.: Actividad lúdica.

12:30 h.: Trabajo por grupos.

13:30 h.: Descanso. Momentos de Confraternización.

14:00 h.: Comida. Llevar comida para compartir.

16:00 h.: Puesta en común.

17:00 h.: Celebración de la Eucaristía.

18:00 h.: Despedida.
Se ruega a los hermanos llevar el libro de la Regla y Constituciones de la O. F. S. y los teléfonos móviles con conexión a Internet para la participación en la actividad de tipo lúdico que realizaremos. 
Haced todo lo posible por asistir al encuentro ya que la necesidad de formación de todos los hermanos es evidente y en este caso se ofrece una importante ocasión para profundizar en nuestra regla y constituciones e igualmente se ofrecen momentos de confraternización y enriquecimiento mutuo.

jueves, 31 de enero de 2019

LA ORACIÓN: LUGAR DE ENCUENTRO CON DIOS


El pasado fin de semana tuvo lugar en Madrid el encuentro de formación nacional de la OFS sobre la oración. Estos son los audios de las ponencias que allí se ofrecieron.




martes, 29 de enero de 2019

"LOS MATRIMONIOS UNIDOS Y FIELES REFLEJAN LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS"


El Papa Francisco ha afirmado recientemente que los matrimonios “que viven en unidad y en fidelidad reflejan bien la imagen y la semejanza de Dios”. Aseguró que “la fidelidad es posible, porque es un don”.

El Papa reflexionó sobre los efectos que sobre la institución del matrimonio está teniendo el fenómeno del secularismo: “La sociedad en la que vivimos está cada vez más secularizada, y eso no favorece el crecimiento de la fe”. Como consecuencia, “los fieles católicos tienen cada vez más problemas para testimoniar un estilo de vida según el Evangelio, incluso en lo que afecta al Sacramento del matrimonio”. “Es necesario que la Iglesia, en todas sus articulaciones, actúe para ofrecer un adecuado apoyo espiritual y pastoral”.

Dentro de esa actuación de la Iglesia, el Papa citó dos fuerzas: “unidad y fidelidad”. “Estos dos bienes matrimoniales, de hecho, antes de ser, sobre todo, condiciones jurídicas obligatorias de toda unión conyugal en Cristo, deben ser epifanía de la fe bautismal”, y por ello son esencia “de la misma Iglesia de Cristo”.

Por ello, el Papa insistió en que para que el matrimonio sea válido “se requiere que se establezca en cada uno de los contrayentes una plena unidad y armonía con el otro, con el fin de que, por medio del mutuo intercambio de las respectivas riquezas humanas, morales y espirituales, casi a modo de vasos comunicantes, los dos cónyuges se conviertan en una sola cosa”. “El matrimonio requiere también un compromiso de fidelidad que abarque toda la vida”. No obstante explicó que “unidad y fidelidad son dos valores importantes y necesarios no sólo entre los cónyuges, sino en general en las relaciones interpersonales y en las sociales”. Además, definió estos dos valores como “dos bienes irrenunciables y constitutivos del matrimonio” que “requieren no solo ser explicados adecuadamente a los futuros esposos, sino que solicitan también la acción pastoral de la Iglesia, especialmente la de los obispos y sacerdotes, para acompañar a la familia en las diversas etapas de su formación y desarrollo”.

Esta preparación para el matrimonio debe abarcar “las diferentes etapas de la vida matrimonial de una manera seria y estructural, a través de una formación destinada a aumentar en los cónyuges la conciencia de los valores y de los compromisos propios de su vocación”. También recomendó que “la atención pastoral constante y permanente de la Iglesia por el bien del matrimonio y de la familia requiere ser realizada a través de los diversos medios pastorales: el acercamiento a la Palabra de Dios, especialmente a través de la lectio divina, los encuentros catequéticos, la implicación en la celebración de los sacramentos, especialmente la eucaristía, el coloquio y la dirección espiritual, la participación en los grupos familiares y en el servicio caritativo, para desarrollar la confrontación con otras familias y la apertura a las necesidades de los más desfavorecidos”.

También recordó que los matrimonios adquieren el compromiso de vivir su enlace “en unidad generosa y con amor fiel, sosteniéndose mutuamente con la gracia del Señor y con el apoyo necesario de la comunidad eclesial”. De ese modo, los matrimonios “representan una preciosa ayuda pastoral para la Iglesia. De hecho, ofrecen a todos un ejemplo de amor verdadero y se convierten en testigos y cooperadores de la fecundidad de la Iglesia misma”.

Fuente: Aciprensa

domingo, 13 de enero de 2019

SI NO AMAS A TU HERMANO, NO PUEDES AMAR A DIOS


Esta ha sido una de las homilías del Papa Francisco de esta semana. Siguiendo las palabras del apóstol San Juan en la primera lectura del día, cuando dice “quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”, Francisco planteó: “Si tú no eres capaz de amar algo que ves, ¿cómo vas a amar a los que no ves? Es una fantasía. Si no eres capaz de amar a Dios en lo concreto, no es cierto que tú ames a Dios”, aseguró. “El espíritu del mundo es un espíritu de división, y cuando se introduce en la familia, en la comunidad, en la sociedad, siempre genera división: siempre. Una vez que se ha introducido esa división, explicó el Papa, “crecen las divisiones y surge el odio y la guerra. El apóstol Juan dice: ‘Si uno dice que ama a Dios pero odia a su hermano, es un mentiroso’, es decir, un hijo del espíritu del mundo, que es pura mentira, pura apariencia”.

“Esta es algo sobre lo cual nos hará bien reflexionar: ¿yo amo a Dios? Pero vayamos a la clave de la cuestión y veamos cómo tú amas a tu hermano”. En este sentido, el Pontífice citó tres señales que indican que una persona no ama a su hermano. “La primera señal requiere que nos preguntemos: ¿rezo por las personas? Por todas, de forma concreta, por aquellas que me son simpáticas y también aquellas que me son antipáticas, por aquellas de los que soy amigo y por aquellos que no soy amigo”.

“Segunda señal: cuando siento en mi interior sentimientos de celos, de envidia, y me viene la necesidad de desear el mal, es una señal de que no amas. Párate ahí. No dejes creces esos sentimientos: son peligrosos. No los dejes crecer”.

Por último, “la señal más cotidiana de que no amo al prójimo y, por lo tanto, de que no puedo amar a Dios, es la habladuría. Metámoslo en el corazón y en la cabeza, claramente: si difundo habladurías, no amo a Dios, porque con las habladurías estoy destruyendo a esa persona”. “Las habladurías son como los caramelos de miel: tomo uno, y otro, y otro, y luego el estómago se estropea con tantos caramelos. Porque es bello, es ‘dulce’ hablar de los demás, parece algo bueno, pero destruye. Y eso es señal de que no amas”.

Ese espíritu del mundo, aseguró el Papa Francisco, “se vence con el espíritu de la fe: creer que Dios está en mi hermano, en mi hermana. La victoria que ha vencido el mundo es nuestra fe. Únicamente con mucha fe se puede avanzar en este camino, no con pensamientos humanos de buen sentido…, no, no: no sirve. Ayudan, pero no sirven para esta lucha”. “Únicamente la fe nos da la fuerza para no difundir habladurías, para rezar por todos, también por los enemigos, y no dejar crecer los sentimientos de celos y envidia. El Señor, con este fragmento de la Primera Carta de San Juan Apóstol, nos pide concreción en el amor”.

“Amar a Dios: pero si no amas a tu hermano, no puedes amar a Dios. Y si dices que amas a tu hermano, pero realmente no lo amas, sino que lo odias, entonces eres un mentiroso”, concluyó el Papa Francisco.